martes, 8 de marzo de 2011

ALBERTO KOENIGSKNECHT, OBISPO


Obispo de Juli, Perú, murió en un accidente sospechoso, luego de amenazas de muerte por servir a los pobres. Misionero norteamericano de Maryknoll, prelado de Juli, en Puno. Su apodo cariñoso "K-13" se debió al número de letras de su apellido alemán, significa: "servidor del rey". Vivió al servicio del Rey Jesús, sirviendo al campesino indígena, a quien amó durante sus 38 años en Puno. Murió a los 69 años, igual que los obispos del Sur Andino, Vallejos y Dalle.

Alberto fue al Episcopado de Lima, a apoyar un proyecto de los campesinos. De allí partió para Juli. Allí se enteró de un incidente en Pomata, que implicaba religiosas. Fue en su camioneta hacia allá, preocupado. Allí acusaban a toda la Iglesia de Juli. Salió de ahí sin almorzar, urgido por llegar a Puno, a entrevistarse con el presidente Alan García, que ese día visitaba la ciudad, por problemas de tierras de los campesinos. A 37 km de Puno, en Caritamaya, que en aymara significa "lugar de descanso para el espíritu", Alberto, agostado, chocó con un camión estacionado. Su cara quedó intacta, pero murió. El, que vivió para los pobres tuvo descanso en Caritamaya. Miles de campesinos le despidieron. En la eucaristía, el obispo Albano Quinn recordó el salmo preferido de Alberto: El salmo 23.

Hoja Dominical "El Domingo, día del Señor"
Año XLV - Domingo V del Tiempo Ordinario
06-02-2011

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