Ultimo Domingo del año litúrgico
Fue el Papa Pio XI, el 11 de diciembre de 1925, quien
instituyó esta solemnidad que cierra el tiempo ordinario. Su propósito es
recordar la soberanía universal de Jesucristo. Es una verdad que siempre la Iglesia a profesado y por
la que todo fiel está dispuesto a morir.
Cristo es rey del
universo porque es Dios. El Padre lo puso todo en sus manos y debemos
obedecerle en todo. No se justo apelar al amor como pretexto para ser laxo en
la obediencia a Dios. En nuestra relación con Dios, la obediencia y el amor son
inseparables.
El que tiene mis mandamientos
y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y
yo le amaré y me manifestaré a él.» -Juan 14,21
Nadie y ninguna ley
esta por encima de Dios. El Pontífice León XIII enseñaba en la "Inmortale
Dei" la obligación de los Estados en rendir culto público a Dios,
homenajeando su soberanía universal.
Diferente a los
hombres, Dios ejerce siempre su autoridad para el bien. Quien confía en Dios,
quien conoce su amor no dejará de obedecerle en todo, aunque no comprenda las
razones de Dios.
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=33946
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