domingo, 2 de septiembre de 2012

SAN ANTOLÍN DE PAMIERS, MÁRTIR


Fiesta: 2 de Septiembre

Patrono de Palencia (España) 

Su nombre real era Antoninus de Pamiers. Nació en dicha localidad (que por entonces se llamaba Frédelas, villa de Frédéric, hijo del rey visigodo Teodorico I), hacia el año 453. Pertenecía a la familia real, siendo quizá nieto de Teodorico. Educado en el arrianismo, se opuso a su padre al hacerse cristiano ortodoxo. Abandonó su fortuna y marchó a Roma, donde fue ordenado diácono. Predicó en algunas ciudades italianas haciendo varios milagros. 

De vuelta a la Galia, parece ser que formó parte de un grupo de misioneros dirigidos por san Dionisio. No sabemos si se trata de Dionisio Areopagita o Dionisio de París, aunque ninguno de los dos parece concordar con los elementos históricos, a menos que san Antolín viviera en el siglo I, como piensan algunos. Lo más probable es que se trate de otro Dionisio, desconocido, o bien se trate de una confusión con un santo de nombre Antolín anterior, ya que este apelativo era bastante común en la época. San Antolín se instaló en Rouergue, predicando con mucho éxito. Convirtió al príncipe o gobernador Festus y bautizó a numerosas personas. A pesar de las súplicas de los habitantes de la región, Antolín decidió irse, no sin antes indicar que volvería pero ya sin vida. Se dirigió entonces a Toulouse, cerca de Teodorico. 

Rechazó el obispado que perteneció a san Saturnino, y acusado de tener amoríos con la mujer del rey, fue arrestado y encarcelado. En la cárcel conocerá a un habitante de Toulouse llamado Almaquio. Es torturado mediante la inmersión en aceite hirviendo, y arrojado al Garona con una muela de molino atada al cuello, pero, milagrosamente, sale a flote y convierte así a mucha gente. Vuelve más tarde a Pamiers y predica el evangelio, junto con Almaquio. 

Ambos viven en una ermita llamada Fuente de Oriente, donde son arrestados por los sicarios de un rey llamado Metopius junto a un tercer compañero llamado Juan, y ejecutados a orillas del río Ariège. Durante la ejecución, un soldado corta al mártir en dos; en un lado caen su cabeza y el brazo derecho, y en otro el brazo izquierdo y el resto del cuerpo. Este martirio tuvo lugar en el siglo VI, hacia el año 506. El cuerpo del mártir fue enterrado por unos amigos en el lugar del martirio y allí se elevó más tarde una abadía. 

En Apamea, lugar de Siria, san Antolin, mártir de la fe, de quien se dice que los paganos lo mataron por destruir ídolos gentiles cuando tenía veinte años de edad. (s.IV) De acuerdo con la leyenda oriental, Antonino o Antolin era un tallador de piedra sirio que con un extraordinario desinterés reconvino a los idólatras de su ciudad natal por adorar imágenes de piedra. 

Después de aquel acto impetuoso, salió apresuradamente de la ciudad y se refugió en la celda de un ermitaño con el que vivió durante dos años. Entonces decidió regresar a la ciudad y tuvo el desconsuelo de advertir que los habitantes aún rendían culto a los falsos dioses, por lo cual adoptó una actitud más enérgica todavía: entró a los templos y arrojó por tierra a los ídolos. Después, huyó más que de prisa de la ciudad y se refugió en Apamea. Allí, el obispo le dio instrucciones para que construyera una iglesia, a lo que accedió Antolin. Pero, apenas comenzada la obra, los paganos se enfurecieron a tal punto que, tras de organizar un tumulto para acabar con la construcción, asesinaron a Antolin, que ni siquiera trató de defenderse. 

El santo no tenía más de veinte años de edad. Una tradición legendaria sobre sus reliquias se conserva en España. La misma narra que el rey don Sancho, hallándose de caza en la espesura de un bosque, en el lugar donde hoy se extiende la ciudad de Palencia, divisó un jabalí, que en su huida fue a refugiarse en una oquedad del terreno (la cripta de San Antolín, aún en pie hoy bajo la catedral gótica de la ciudad). Adentrándose el rey en la misma, se disponía a lanzar una flecha para matar al animal, cuando su brazo quedó paralizado, comprendiendo el rey que estaba en un lugar santo y que había sido castigado por cometer sacrilegio. El monarca hizo entonces un voto por el que si recuperaba de la repentina parálisis levantaría una catedral en el lugar. Al instante quedó curado. Agradecido el rey Sancho por el milagro, y halladas las reliquias del mártir que habían quedado abandonadas durante la invasión musulmana, se erigió el templo en cumplimiento de la promesa. 

Debido a esto la catedral palentina está dedicada a san Antolín. Se tiene entendido que este Antolin mártir es el que figura en el Martirologio Romano como sacrificado en Pamiers, donde existen leyendas locales sobre él. 

Algunas de sus supuestas reliquias fueron trasladadas a Palencia, España, ciudad ésta de la que el santo es patrono y que tiene su propia versión sobre la leyenda de Pamiers, en la que el santo es, además, diácono (lo que explica muchas de sus representaciones iconográficas). El nombre de san Antolin se asocia con los de san Almaquio y san Juan, de quienes se supone que sufrieron con él. 

También hay otro error en relación con Capua, donde se venera, el 3 de Septiembre, a un «niño san Antonino» junto con san Aristeo. A raíz de la mención de este mártir en el martirologio más antiguo de cuantos se conocen, el Hieronymianum, surgieron grandes confusiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario