XLV Papa
Etimología: León = Aquel hombre audaz,
imperioso y valiente, es de origen latino
El Papa León, que
nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia
por el prestigio moral y político que demostró ante la amenaza de los Hunos de
Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio) y de los Vándalos de
Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del 455). Elevado al
solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado (murió el 10 de noviembre
del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo
usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz los abusos de poder, frenando
las ambiciones del patriarcado constantinopolitano y del vicariato de Arles.
Desafortunadamente,
no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar
mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía
que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los
apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no
le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que
se notan por los 96 Sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta
nosotros. Sobre todo las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes
de la historia de la Iglesia ,
paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en
lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces
para la práctica de la vida cristiana.
Sus cartas, por el
estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y
previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente
en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio
ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la
herejía del monofisismo.
Su famosa Epistola
dogmatica ad Flavianum, leída por los delegados romanos que presidían la
asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la definición
conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede de Roma.
León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de “magno”,
grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que mantuvo
en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez doctrinal que
demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la
época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión características.
Murió el año 461.
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=556
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